Omay Sy y Kerry Washington protagonizan ‘Shadow force’, una nueva historia de pistolas con toque filial | Fuente: @mslawebb (X)

• La propuesta llega a cines con un célebre elenco
• A pesar de sus visibles fallos, consigue amenizar una tarde de verano

Mencionar verano no sólo implica mar, crema solar y calor. En el apartado fílmico, los meses estivales significan la llegada a los cines de blockbusters sin una intención más allá de recaudar cuartos. Es el caso preciso de Shadow Force, el nuevo thriller de Joe Carnahan, director de otras piezas del género como El equipo A y Ases calientes, que se puede degustar a partir del 22 de agosto. Es curioso que no se pudiera adelantar unas semanas su lanzamiento en España para así poder coincidir con el núcleo de la calurosa estación.

Una sinopsis común pero rodeada de estrellas

Esta nueva aventura está protagonizada por dos estrellas: la estadounidense Kerry Washington, célebre por su trabajo en Django desencadenado, y Omar Sy, el francés que inmortalizó su carrera siendo el entrañable cuidador en Intocable. Juntos conforman un matrimonio cinematográfico de espías que, por nacer entre ellos el amor y posteriormente quedarse ella embarazada, abandonaron la misión causando la rabia de los otros integrantes. Ahora, tendrán que luchar por no morir en sus manos y poder proteger la vida de su hijo.

Mark Strong es el malvado por antonomasia de la cinta | Fuente: @diamondfilmses (Instagram)

El reparto está integrado por otros reconocidos secundarios como Da’Vine Joy Randolph, ganadora del Oscar a mejor actriz de reparto en 2023 por Los que se quedan, y el británico Mark Strong encarnando al villano de la historia. Efectivamente, la cinta sigue replicando los conceptos simplistas de las películas de su tipo: unos ángeles que luchan por la paz frente a unos malos malísimos que nunca muestran ápice de bondad. Ayuda a seguir machando estos patrones la presencia de un niño en escena, abusando de un discurso infantiloide que no deja de ser ridículo. Esto es palpable a través del uso de frases como “Cariño, mamá tiene que luchar contra los malos”.

Una búsqueda de empatía irreal

Justamente ese tono filial es la propuesta que el realizador trata de incluir en un intento de diferenciarse de otras tramas de agentes. Sin embargo, esa tan explícita búsqueda de la diferencia (encima con una propuesta que no es nada experimental) la catapulta a una pobreza argumental evidente. La escasez de ideas hace que viva en una paradoja tristemente típica: hay que empatizar con unos personajes porque así lo quiere el guion, sin siquiera permitir otra alternativa. Ellos incluso han sido parte de su equipo rival, más eso da igual porque lo importante es que ahora son buenas personas.

Aun con todo, hay que admitir que no se le puede pedir una exhaustiva reflexión filosófica a Shadow force pues, efectivamente, no es su objetivo ni lo que buscan aquellos que la visualizan. Valorándola justamente según sus intenciones, es un entretenimiento con una duración muy acertada, teniendo en cuenta la fiebre actual por alcanzar las dos horas de metraje, y con momentos de acción conseguidos. Puede presumir también de tener un combate final que, si bien se alarga en exceso, hace un alarde de tensión en aumento acompañado de unos efectos especiales que hacen de las suyas.

Por tanto, una vez que se desiste en buscarle una idea escondida a un filme que, claramente, no la tiene ni perseguía, se puede disfrutar del mismo. Visto desde ese prisma, Shadow force opera dignamente y ofrece aquello que pretende: un espectáculo con el que desconectar durante 100 minutos del asfixiante calor exterior. Como guinda del pastel, se ofrece una escena final con un guiño ingenioso e inesperado por partes iguales.